
Trasnochadora, querendona y morena, como en los versos del poeta de la tierra.
La calidez y hospitalidad de su gente, convierten a esta tierra en un destino encantador; su vida cosmopolita propia de todas la edades para pasar una noche de cena rumba, disfrutar de los mejores restaurantes o escuchar la entonación de guitarras bambuqueras al calor de un delicioso aguardiente.
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